¿Recuerdas el mejor beso de tu vida? Existen poemas que describen el mejor beso: el más apasionado, el más dulce, el más gentil, el más suave, el más rudo, el más feo, el beso más frío, el más triste.

Todas esas historias del primer y último beso, del “para siempre” de las películas, de los que se dan de volada, los piquitos que te hacen sonrojar, de los que no esperas pero deseas, son los que primero se vienen a nuestra mente.

Historias del pasado, con sabor a presente o del futuro con sabor a anhelo. 

De pronto el beso de tu madre en la frente, el de una despedida, el beso de tu abuelo antes de dormir y después de un cuento. No los recuerdas todos, pero hay uno que siempre recordaras que, al hacerte la pregunta, vendrá a tu memoria, y si puedes darle alas, te llevará ahí mismito al preciso momento y sonreirás.

Cuando besamos otros labios, o inclusive los besos sobre la piel, nos sentimos increíbles. Además, la dopamina y la oxitocina, nos hacen sentir afecto (en algunos casos euforia). Nos ayuda a producir serotonina, que relaja nuestros niveles de cortisol y nos hace sentir más relajada y feliz. Pero hay algo que es absoluto, esa sensación se queda con nosotros, tanto que podemos recordarla.

Los Romanos creían que existían 3 tipos de besos: Los de amistad, los de cariño y los apasionados, pero el beso, tiene un significado más profundo. Es un mensajero de cambio, algunas creencias indican que es una puerta hacia el destino, pero es una puerta, un pasaje de apertura para compartir emociones.

Si es un beso profundo, renueva el pasado y promete un nuevo presente, te has puesto a pensar las veces que has besado una estampita, ¿un amuleto? Un beso es el acto de vulnerabilidad más puro, es el símbolo universal de conexión y complicidad. En un beso se encuentra una posible metamorfosis del pasado hacia el futuro.

Hoy los besos se malinterpretan como el preludio de algo más físico, cuando en efecto es un símbolo de amor, apreciación, respeto y cuidado. Para mí es una manera de compartir nuestra energía con otros, es un puente que conecta nuestro mundo interior al exterior.

De pronto podemos besar menos en esta época, por miedo. ¿Pero cuando lo hagamos significará más de lo que ya sabemos? ¿O los regalaremos al viento?

Mi beso favorito fue en un atardecer, por eso llamamos a nuestro bálsamo regenerador Sunset Kiss. Esos atardeceres de playa que te dejan el corazón calientito y blandito. Cuéntame sobre tu beso favorito.