Paso 1: Antes de usar el guante, toma una ducha o baño con agua tibia para abrir los poros y suavizar la piel. Esto facilitará la exfoliación. No utilices aceites o jabones, solo agua.
Paso 2: Humedece el guante con agua tibia o fría.
Paso 2.1. Aplica un producto limpiador (opcional): Puedes usar tu jabón o gel de ducha favorito, como The Daily Wash, en el guante para limpiar y exfoliar al mismo tiempo.
Paso 3: Pruébalo en una parte primero. Inserta la mano dentro del guante, con movimientos circulares, exfolia una sección de la piel y avanza cubriendo todo el cuerpo, utiliza la presión según tu tipo de piel (todas las pieles son diferentes). Evita frotar muy fuerte para no irritar la piel.
- En zonas más sensibles (como el pecho y el cuello), usa menos presión.
- En áreas más ásperas (como codos, rodillas y talones), aplica un poco más de fuerza si es necesario.
Paso 4: Después de usar tu guante exfoliador. Utiliza una crema de cuerpo o aceite corporal favorito para humectar e hidratar la piel.
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